Y es que, en la calle Villalobos de la ciudad de Cádiz, un hijodelagranputa se dedica a disparar y matar a perros que se asoman en los balcones. Así, sin más. Ve un perro en un balcón, saca su escopeta, le pega un tiro y se queda tan feliz. Y ya lleva dos en un corto periodo de tiempo.
Y le da igual que la dueña sea una mujer imposibilitada de 84 años, como ocurrió en la primera ocasión. Lástima un día se le encasquille su arma y acabe pegándose un tiro en los huevos que lo desangre lentamente. Habría un gilipollas menos en el mundo, y eso sería digno de celebración. Os dejo el vídeo de la noticia para que hagáis la misma mala hostia que he hecho yo...
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