domingo, 3 de abril de 2011

Cuando la justicia es injusta

Casi no hay día en el cual no nos encontremos en los periódicos con alguna chapuza procedente de aquellos que se encargan, en teoría, de repartir la justicia, que no hacen sino contribuir al aumento de la desconfianza que cada día más el pueblo llano tiene en sus instituciones jurídicas.

La de hoy se refiere a una jueza de Barcelona, que ha decidido no conceder la custodia compartida a un padre por el hecho de quedarse sin trabajo. La primera pregunta que se me viene a la cabeza es...¿habría tomado la misma decisión si en lugar del padre es la madre la que se queda en el paro? Seguro que no. Discriminación positiva, la llaman... Otra inquietud que tengo...si la mujer se quedara en el paro...le quitarían la custodia y entregarían a los hijos a los servicios sociales? Por supuesto que no. Discriminación positiva, creo que la llaman... Sería lógico pensar, por otra parte, que si al padre le niegan la custodia de sus hijos por no tener trabajo, también le exonerarán del pago de una pensión a su ex...o quizás no. Discriminación positiva, me temo que la llaman....

La justicia en este país lleva tiempo haciendo aguas por todas partes, y en la gran mayoría de los casos, por desconocer lo que todo el mundo llama sentido común, algo que, parece ser, desaparece de las cabezas de los licenciados en derecho que llegan a ser jueces o fiscales. Vivimos en un país en el cual lo mismo se piden 4 años de cárcel por trapichear con 15 (quince) gramos de anfetamina o que montas la mayor operación de blanqueo de dinero de la historia y te caen 6 años como mucho. Por no hablar de imberbes asesinos parricidas con katanas y demás fauna menor de edad que quedan impunes porque, a pesar de tener edad para decidir abortar, no la tienen para pagar por sus crímenes. De traca.

Con la justicia pasa en este país algo parecido que con la medicina. Lo malo no es meterte en un problema judicial o coger una enfermedad, sino el que tu futuro dependa puede que de un incompetente que te enchirone o te remate definitivamente. Y no estoy generalizando, que conste, pero he visto ya tantos errores judiciales como médicos que tiemblo sólo de pensar de que llegue un día en el que sea protagonista pasivo de una historia semejante.

Que Dios nos pille confesados....

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