lunes, 27 de junio de 2016

Malo conocido

Dos cosas se demostraron anoche. Por un lado, que los sondeos electorales no sirven de nada, y por otro, que no es que el PP haya ganado las elecciones, sino que todos los demás partidos las han perdido.

El primer gran derrotado es el partido de Pablo Iglesias. Un partido que empezó siendo cuasi revolucionario, a la izquierda de la izquierda, con su líder declarándose comunista y bolivariano, y que poco a poco fue moderando su discurso a la vez que emepzaba a utilizar corbatas con sus camisas remangadas, hasta intentar hacernos creer que se había vuelto en el adalid de la socialdemocracia, mientras pactaba alegremente su fusión-absorción con los restos del comunismo español. Y sus votantes han acabado hasta los cojones de tanto vaivén. Y más de un millon de ellos les han dejado en la estacada en menos de seis meses. Resulta curioso observar a muchos de sus fieles seguidores llamando borregos al soberano pueblo español, echando la culpa de su fracaso a los votantes del Partido Popular, no escatimando en insultos, viendo la paja en el ojo ajeno cuando tienen una viga gigantesca en el propio. Malos perdedores.

Otros que intentan disfrazar el peor resultado de toda su historia con haber roto los pronósticos y no dejarse sorpassar ha sido el PSOE del ya casi cadáver político Pedro Sánchez. Que si no lo es ya es gracias a ese millón largo que ha dejado de votar a Podemos. Haga lo que haga a partir de ahora, será para cagarla. Se ha cansado de decir que antes pactaba con el diablo que con Rajoy, a la vez que arrojaba piedras a su izquierda desde donde le tendían la mano. Ahora se ha quedado en medio de ninguna parte, con gran parte de su partido en su contra, y con unos tristes 85 escaños, 25 menos que en 2011 y justo la mitad de los que consiguió en 2008.

Y para terminar, el bueno de Albert Rivera, que como los niños cuando se les castiga, ha echado la culpa a los demás, en este caso a la ley electoral, que será mejor o peor, pero es la misma para todos. En ningún momento mencionó anoche a los 391.675 votantes que dejaron de serlo con respecto a diciembre de 2015. Se sabe la llave del desbloqueo de la situación, pero ya no tiene la fuerza necesaria para exigir al Partido Popular que cambie de líder si quiere que les ajunte. Es también el único que ha hablado de tender la mano a los dos partidos más votados para formar gobierno, es decir, lo que rechazó seis meses atrás cuando fue Rajoy el que hizo exactamente la misma propuesta.

Y queda Rajoy y su Partido Popular, que han podido quedarse mirando desde el balcón como sus rivales no eran capaces de convencer al pueblo español de que tenían mejores argumentos para gobernar. Muchos dirán que ha sido el miedo a lo desconocido, aunque en este país hemos sido siempre muy de "virgencita, que me quede como estoy". Así que el pueblo español, soberano él, ha vuelto a tirar de refranero. Más vale malo conocido...