domingo, 14 de febrero de 2010

El pestiño del All-Star

Si en alguna parte se puede utilizar eso tan manido de cualquier tiempo pasado fue mejor es, sin duda alguna, en la fiesta que monta la NBA mediada la temporada, que en origen se trataba de un partido entre los mejores jugadores de cada conferencia, y en la actualidad es un fin de semana repleto de insulsos concursos relaccionados con el baloncesto.
Cada año me sucede lo mismo, primero me arrepiento de no pegarme la trasnochada padre para ver el evento, y al día siguiente, cuando veo los resúmenes, doy gracias a Dios por haber tomado la inteligente decisión de meterme a la cama. De ser un espectáculo de primer orden que grababas con cariño y conservabas en tu videoteca (aún guardo viejos VHS de los All-Star entre 1989 y 1997 que quizás algún día, si no se han podrido, pasaré a DVD) ha pasado a ser un insufrible desfile de segundos espadas en una retahíla que mezcla los antaño apasionantes concursos de triples y mates con chorradas como el H-O-R-S-E (el burro de toda la vida) entretenido de jugar pero aburridísimo de ver, el Skills Challenge, un concurso de habilidades tipo Gymkana, el Shooting Stars, un aburrido concurso de tiro en el que participan por equipo un jugador actual, uno retirado y una jugadora de la WNBA o una aburrida pachanga entre ex-jugadores, famosillos y demás fauna.
Qué tiempos aquellos en los que estrellas como Julius Erving, Larry Nance, o más recientes como Michael Jordan, Dominique Wilkins o Vince Carter nos hacían vibrar con sus estratosféricos mates. O aquellos concursos de triples como los que ganó Larry Bird con ese momento histórico con el brazo levantado después del decisivo último tiro sabiendo que iba dentro.
En la actualidad, las grandes estrellas se borran por lo general de este tipo de pasatiempos (con contadas excepciones como Steve Nash) y se dedican única y exclusivamente al All-Star Game, el partido de las estrellas, el cual dista mucho de aquellas maravillas que podíamos ver en los años 80 y 90. Antes sabían equilibrar con precisión el espectáculo con la defensa, y primaba la excelencia en las jugadas de los participantes, pero había partido, y se luchaba por cada balón, y se diferenciaba de un partido oficial en que los jugadores se permitían licencias que no mostraban a lo largo de la competición. Todavía tengo en la retina aquellos giros de 360 grados de Dominique Wilkins ante Kareem Abdul-Jabbar en el 87, o los uno contra uno de Magic Johnson en los inolvidables últimos dos minutos del All Star Game del 92...hoy en día ya no se ve nada de eso. Hoy es una prolongación del concurso de mates, en el cual cada jugador trata de demostrar que es mejor que el otro, donde la defensa no existe y prima el estilismo individual ante el juego de equipo.
Quizás para aquellos no habituales del baloncesto les parezca un espectáculo maravilloso, pero los que hemos vivido la época dorada de la NBA cada día nos resulta más aburrido. Os dejo un par de vídeos que resumen en imágenes lo que os cuento. El primero de ellos son los diez mejores participantes en un concurso de mates de la historia, el otro, esos dos maravillosos minutos del All-Star del 92...irrepetibles.



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