Y es que en España somos así. Resulta que a la Sra. Obama, a la sazón Primera Dama de los Estados Unidos, y por ende, Emperatriz del Mundo Mundial, le ha dado por venir a pasar 4 días con su hija pequeña a Marbella, alquilando 60 suites del mejor hotel de la Costa del Sol para la ocasión. Y a los ediles del lugar no se les ha ocurrido otra cosa que colocar un gran cartel a la entrada de la ciudad con un expresivo "WELCOME OBAMA FAMILY" teñido de banderitas estadounidenses.
Nuestro gozo en un pozo. Pensábamos que habíamos evolucionado como país, que habíamos dejado atrás eses dependencias serviles que plasmó a la perfección Luis García Berlanga en la imprescindible película Bienvenido Mr. Marshall. Pero no. Seguimos siendo tan paletos, tan catetos, tan patéticos como entonces. Ya me imagino a la alcaldesa de Marbella y demás concejales vestidos de flamencos en el balcón del ayuntamiento cantando aquello de "Americanos, os recibimos con alegría..."
Afortunadamente han reculado a tiempo, y han retirado el vergonzoso cartelito, pero el daño ya está hecho. Por mucho que se escuden en que así se refuerza el sector turístico de la zona y que se trataba de una campaña de promoción de la Costa del Sol y de Marbella, lo cierto es que la imagen que hemos dado al mundo ha sido (nuevamente) tercermundista.
Hay que pensar muy bien determinadas actuaciones antes de llevarlas a cabo....
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