martes, 9 de agosto de 2011

La odisea de solicitar una ayuda al alquiler de la vivienda

Esta mañana he sucumbido a la burocracia. Ha sido más fuerte que yo. Y eso que me he levantado con ganas de luchar, con mi montón de papeles entre los que ilusamente pensaba que no faltaba ninguno, pero la bofetada virtual que me ha dado la administración representada en la figura de una amable funcionaria me ha dejado K.O.

Todo comenzó hace algunos días, cuando acudí a la que irónicamente llaman Oficina ÚNICA de la Vivienda de la Consejería de Vivienda y Obras Públicas del Gobierno de la Rioja. Entré para informarme acerca de la solicitud de ayudas al alquiler de la vivienda, donde se me dio un listado de papeles que tenía que presentar en la otra punta de la ciudad, en las oficinas del IRVI de la calle Mayor, 35. De pronto, la oficina única ya no lo era tanto. Pero bueno, tampoco eran demasiados requisitos, a saber (según la nota manuscrita que me facilitó la funcionaria):

*Contrato de alquiler
*Vida laboral (que tuve que solicitar por teléfono y recibirla en mi domicilio 4 días después)
*Declaración de la Renta de 2010, o, en mi caso, certificado de empresa.
*Resguardo del último pago del alquiler.
*Documento de la solicitud rellenado y firmado.

Tengo que reconocer que me pareció demasiado sencillo, por lo que esta mañana, cuando ya tenía toda la documentación en mi poder, me he adelantado en previsión de lo que siempre ocurre en la Administración, es decir, que falta algún papel, y me he llevado además el certificado de empadronamiento, fotocopias del DNI, el certificado de retenciones de hacienda y hasta una copia de mi contrato de trabajo. En vano.

Llego a las oficinas del IRVI, y la señorita que me atiende con total gentileza me dice que está todo en orden, pero que falta alguna cosilla que otra. Un par de chorradas que enumero a continuación:

*El Modelo 600 que certifica el pago del impuesto sobre transmisiones patrimoniales onerosas, que amablemente me venderían en la calle Portales, 46, donde debería presentar a su vez también el contrato de alquiler, original más copia, y fotocopias de mi DNI y de la arrendadora. ¿El coste? Entre 60 y 100 euros.
*El resguardo de ingreso en Hacienda por parte del arrendador de la fianza entregada por mí a la hora de firmar el contrato, que debería depositarse en la calle Portales, 71, donde nuevamente tanto el arrendador como el arrendatario deberíamos presentar nuevamente sendas copias del contrato de alquiler.
*Un justificante por parte de la arrendadora con el desglose de los gastos de comunidad incluidos en el total del precio del alquiler de la vivienda.
*Notas simples informativas del Índice Central de Bienes, de acreditación de superficie útil de la vivienda y de bienes en propiedad. 10 euritos más, y otro nuevo paseo, esta vez a Avda. de Portugal, 2.
*Ficha de alta a terceros a rellenar en mi oficina bancaria.

Además, he tenido la suerte de que, al ser el ocupante único de la vivienda, he evitado otra serie de papeles. Resumiendo: para optar a las ayudas al alquiler de vivienda del Gobierno de la Rioja, tendría que hacer, como muy acertadamente ha definido la funcionaria, una gymkana por la ciudad, teniendo que desplazarme hasta a cinco sitios diferentes, pagar entre 70 y 110 euros, incordiar a la arrendadora que tendría que desplazarse al banco primero y a depositar el resguardo después, y todo ello para que estudien mi caso y dentro de 6 MESES comunicarme si se me concede o no la ayuda del 40% del alquiler, en mi caso unos 900 euros semestrales, durante dos años. Y todo esto lógicamente en horario de 9 a 2 de lunes a viernes.

La cara de gilipollas que se me ha quedado sólo la conoce la susodicha funcionaria, a la que no me ha quedado más remedio que preguntarle si había alguna cámara oculta grabándolo todo y luego saldría en la tele en algún programa de bromas pesadas, pero me ha garantizado que no. Con todos los avances técnicos y tecnológicos que tenemos hoy en día, la administración, y por ende la burocracia, parecen estancadas en la época del blanco y negro. Un simple cruce de datos entre administraciones minimizarían esta serie de molestias, administraciones que saben hasta el número de pie que calzamos. Pero claro está, si todo fuera tan fácil como apretar un botón, todo el mundo pediría ayudas, así consiguen que gente como yo los mande con todo el cariño a tomar por el culo y renunciemos a unas ayudas que ni siquiera sabemos si llegaríamos a cobrar algún día.

País de pandereta....cómo me ha recordado este magnífico corto.....


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