miércoles, 18 de mayo de 2011

Espabilamos. Tarde, pero espabilamos.

Sinceramente, pensaba que jamás llegaría este día. Tras una nefasta gestión gubernamental en todos y cada uno de los escalafones del Estado Español, a nivel nacional, autonómico o local, por fin la gente ha dicho basta y ha salido a la calle. Hemos tenido que batir el récord de parados de Europa, hemos tenido que sufrir infinidad de recortes de todo tipo, sobre todo sociales, hemos tenido que ser el hazmerreir del mundo para que por fin se de un puñetazo en la mesa y la gente muestre su descontento con el sistema.

Reconozco que yo soy uno de los culpables. No he sido capaz en todo este tiempo de manifestar mi profunda decepción con el orden establecido, me he dejado llevar, como la mayoría de la gente. Afortunadamente, conservo mi puesto de trabajo, aunque penda de un hilo, pero ello no me exime de mi parte de culpa. Durante estos últimos años he visto como los políticos han manejado a la sociedad a su antojo, se han lucrado a costa de los pobres infelices que no nos dio por dedicarnos a la política para chupar de la teta del Estado a los 16, y que de haber sido así, probablemente hubiéramos llegado a ministros (ejemplos los hay en la actual ejecutiva). Hemos observado sin ruborizarnos que quien controla este país no es ni Zapatero ni el Partido Socialista, sino la Banca, que es quien hace y deshace a su antojo. Emilio Botín tiene 100 veces más poder que el presidente del gobierno, y como él, la mayoría de grandes banqueros españoles.

El pueblo ha acabado hastiado y ha decidido salir a la calle. Los políticos, o, mejor dicho, las Administraciones, se han puesto nerviosas, así como los medios de comunicación, que en un principio decidieron obviar la movilización. Y, como no podía ser de otra manera, no se les ha ocurrido otra brillante idea que la de prohibir la manifestación convocada hoy en la Puerta del Sol de Madrid. Como era de esperar, les ha salido el tiro por la culata, ya que ha creado un efecto llamada que ha hecho que la gente vaya en masa a la misma, así como la convocada en la mayoría de las grandes ciudades de este país.

Como bien me recuerda mi buen amigo Manuel el artículo 21 de la Constitución reconoce el derecho de reunión pacifica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa, lo cual la Junta Electoral se ha pasado por el arco del triunfo. Y, como no podía ser de otra manera, la bola de nieve ha ido creciendo hasta el punto que docenas de miles es españoles están en la calle pidiendo un cambio en el sistema.

Me jode especialmente vea a políticos de todos los colores en la tele tratando de justificar y de alinearse a este movimiento. Ver a la Ministra Chacón, con un gesto de preocupación evidente, tratando de mostrar comprensión y prometiendo que escucha a los manifestantes, o ver a Esperanza Aguirre tirando balones fuera me parece sencillamente patético.

Tenemos el Estado que nos merecemos. Ojalá no sea demasiado tarde para cambiarlo...

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