lunes, 9 de mayo de 2011

¿Para qué sirve un mitin?


Cada vez que se acercan unas elecciones, una misma pregunta me ronda por la cabeza... realmente... para qué sirven los mítines? A estos actos de campaña electoral, si exceptuamos a los periodistas, únicamente acude gente que ya tiene decidido votar de antemano al partido político en cuestión. Banderitas y todo tipo de parafernalia con el único objetivo de sacar una foto en el periódico de mañana o un resumen de 10 segundos en el telediario en el mejor de los casos. Durante interminables minutos, políticos en orden inverso a su importancia van soltando sus arengas a sus acólitos, los cuales braman mientras enarbolan ridículas banderitas de plástico estratégicamente entregadas a la entrada al acto.

Yo, que he sido vendedor antes que fraile, se que revender un producto a un cliente que ya te lo ha comprado no puede originar otra cosa que dicho cliente se eche atrás. O lo que es lo mismo: en un mitin no vas a ganar votos, pero los puedes perder si alguien de los presentes advierte durante el acto su equivocación. El único momento realmente positivo para el partido que convoca, y siempre y cuando un primer espada esté entre los oradores, son esos 15 segundos de conexión en directo con el informativo de turno, estratégicamente estudiados por los políticos, que guardan sus mejores frases cuando el pilotito rojo se enciende. Todo lo demás es autocomplacencia.

Además, no se puede ir a un acto de este calado con una actitud crítica. Tú, como asistente, debes plegarte a los mandamientos del partido, y todo te tiene que parecer bien. No es como cuando vas a ver un partido de fútbol, y si tu equipo está haciendo una pifia de partido lo abucheas y te quedas más ancho que Pancho. Aquí no. Porque como se te ocurra mostrarte contrario y reprochar algo a un candidato, en menos de lo que canta un gallo surgirán fieles subordinados aparentando ser miembros de seguridad que te pondrán de patitas en la calle utilizando la fuerza bruta si es menester.

Ciertamente, lo que sería interesante es crear un carnet de indeciso, y que fuera obligatorio enseñar a la entrada del acto. Intentar convencer a los que tienen dudas. ¿Para qué quieres convencer a los que ya están convencidos? O, mejor aún, en un mitin del Partido Socialista, por ejemplo, permitir la entrada únicamente a afiliados al Partido Popular o viceversa. Y gánate ahí sus votos, convéncelos de su equivocación!. Pero sería un auténtico fracaso. Escenarios grandilocuentes, megafonía de miles de vatios, luces de colores, 10000 banderitas de plástico a la entrada....para media docena de asistentes despistados que no tenían otra cosa que hacer esa tarde-noche.

Quizás esté equivocado, pero, en ese caso...alguien me podría explicar realmente para qué sirve un mitin? Se lo agradecería un montón....

No hay comentarios:

Publicar un comentario