Mediados de los años 80. Jugando un partido de baloncesto de la Liga Provincial en Cenicero (La Rioja), un jugador del equipo rival, los Halcones, cansado de que le metiera los codos en los rebotes, me agarra de la camiseta al finalizar la primera mitad, y me dice: "Como me vuelvas a dar un codazo, te mato. ¿Te enteras, hijo de la gran puta?" ¿Debería haber salido corriendo al cuartelillo de la Guardia Civil a ponerle una denuncia por amenazas e injurias a mi familia? La respuesta es simple: no. En toda mi época de deportista siempre tuve muy claro que lo que sucedía en el terreno de juego se quedaba ahí. Pero parece que la cosa está cambiando.
Y es que la UEFA pretende sancionar hasta con cinco partidos a Sergio Busquets por, presuntamente, haber llamado mono a Marcelo, en un lance del partido de ida de la semifinal de la Champions. Un vídeo presentado por el Real Madrid ante el organismo rector del fútbol europeo ha sido el desencadenante de todo este absurdo.
Resulta curioso que todo el mundo esté en contra de rearbitrar un partido a toro pasado, basándose en las imágenes de la televisión, pero sin embargo, si se produce un hecho como este, la gente se lleve las manos a la cabeza por el contenido racista y xenófobo de la interpretación del lector de labios pertinente. Igual le dijo mono, pero también pudo llamarle gnomo, o hacer referencia al moño que lleva su madre a diario. Eso sólo lo saben los protagonistas, lo demás es mera especulación.
Pero lo que realmente me indigna es que, en este mundo políticamente correcto, duelan más las palabras que los hechos. Una agresión que cometió el mismo jugador del Madrid en otro lance de uno de los clásicos del mes de abril sobre el jugador del Barcelona Pedro, que pudo haberle costado unos cuantos meses de rehabilitación, pasó inadvertida para los mandatarios que ahora quieren poner un castigo ejemplar por dos sílabas salidas de la boca de un jugador en un lance de un partido.
Por este camino no vamos bien. Lo que ocurre en un terreno de juego debe quedarse en el mismo. Todo lo demás será mearse fuera del tiesto, además de un peligro por crear jurisprudencia. Espero que el mandatario ese que a juicio de muchos madridistas está a sueldo del presidente del Barça obre con rectitud y coherencia. Lo contrario sería crear un precedente muy peligroso.
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