Anoche, cuando salió Zapatero a dar la cara tras el varapalo sufrido por su partido en las elecciones municipales y autonómicas, tuve la misma sensación que hoy he descubierto en boca del bueno de Carlos Carnicero: si alguien se pierde sus dos primeros minutos de discurso, parecería estar asistiendo a las palabras del vencedor de la noche. Además, nos tomó por tontos a todos los españoles al justificar la debacle diciendo que "no habíamos sabido entender los esfuerzos realizados para salir de la crisis por parte del Gobierno". Y, por supuesto, nada de dimisión, nada de elecciones anticipadas, se agarra y se agarrará a la poltrona hasta el mes de marzo.
Y es que vamos a ver, la gente no critica la crisis, que ha sido generalizada a nivel mundial, sino la forma de afrontarla. Casi toda Europa está saliendo adelante, mientras en España rozamos los 5 millones de parados, un 20% de la población activa. No han sabido tomar decisiones, y las que han tomado han sido tan ineficientes como impopulares. Porque reducir el sueldo a los funcionarios, recortar las pensiones, subir dos puntos el IVA y eliminar las ayudas a parados de larga duración y a futuros padres puede ayudar a paliar en cierta manera el gasto, pero desde luego no es la solución.
Zapatero ha ido poco a poco cediendo protagonismo y liderazgo a la banca, la cual, a cambio de ciertos favores que por supuesto no nos hacen a los ciudadanos de a pie, se ha hecho con el control de este país. Decenas de miles de personas se ven hoy sin su piso por haber firmado hipotecas en algunos casos de hasta el 110% del valor de su vivienda por no poder pagarla, viéndose en la calle, y, por supuesto, con la obligación de seguir pagando por una vivienda que ya no es suya. Condonar la deuda al PSOE es una cosa, hacerlo con un mileurista es otra muy diferente...
Zapatero se ha perdido en un mar de decisiones supuestamente sociales, dando importancia a lo que no la tiene y quitándosela a lo verdaderamente importante. Así, ha primado la estupidez de tener un Gobierno paritario y paritaria a un a costa de tener que darles carteras a auténticas indocumentadas e inexpertas como Leire Pajín o Bibiana Aído y de crear ministerios tan absurdos y prescindibles como el de Igualdad. Sin embargo, para un tipo inteligente y curtido, que sabía lo que hacía y la que se nos venía encima como Pedro Solbes, se lo cepilla por augurar la que hoy nos está cayendo.
Lo que más me revienta es la alegría con la que se pronuncia la palabra austeridad. Al final, los únicos que nos tenemos que apretar el cinturón somos aquellos que nos las vemos putas para llegar a fin de mes. ¿Porqué no se plantea una drástica reducción del número de altos cargos que existen hoy en día? Cada ministerio tiene un número indecente de secretarías, subsecretarías, direcciones generales, delegados, subdelagados y la madre que los parió a todos juntos cn sueldos igualmente indecentes, con Audis pagados por tí y por mí, con dietas estratosféricas y con un sinfín de prebendas con las cuales el resto de los mortales sólo podemos soñar. ¿Porqué el Congreso de los Diputados lo conforman 350 Señorías si en la mayoría de los plenos no se ve más de unas cuantas docenas de ellos? ¿Para qué sirve el Senado, aparte de como hazmerreir de medio mundo al utilizar cinco idiomas diferentes en un país en el que todos tenemos la obligación de conocer y hablar el español?¿Cuánto dinero se ahorraría el Estado si metiera la tijera en todas estas cosas? Por supuesto, todo ello es extrapolable a Comunidades Autónomas y a Ayuntamientos de todos los colores.
Pero algo tiene que tener el poder cuando todo el mundo se aferra a él y no los quitas ni con agua hirviendo. Zapatero ha prometido seguir amargándonos la existencia hasta el mes de marzo, haciendo caso omiso de la sentencia que ayer dictó la calle al depositar sus votos en la urna. ¡Que viene la derecha! braman algunos....cuál es el miedo? Peor es bastante complicado que lo hagan....
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