La verdad es que, si lo piensas, lo de este gobierno que venimos sufriendo en los últimos años tiene mucho mérito. Cada vez que las cosas van mal, cada vez que un dato no les viene bien, cada vez que la cagan, son capaces de sacarse un as de la manga en forma de cortina de humo que despiste nuestra atención de los temas que realmente preocupan y la llevemos hacia chorradas del calibre 26.
Y nuevamente ha sido en su lucha por la igualdad en donde han hecho que nos fijemos todos los españoltos de a pie. Que ya se sabe, que nos encanta tener un tema de discusión banal y estúpido que nos bloquee nuestros cerebros y nos haga olvidarnos temporalmente de los asuntos que realmente deberían preocupar a este curioso país en el que nos ha tocado vivir. Es nuestra forma de ser. Y es que resulta que han decidido, en aras de la igualdad, que a la hora de inscribir a un hijo en el Registro Civil, si los padres no están de acuerdo en el orden de los apellidos, sea el orden alfabético el que determine la posición de los mismos. Tócate los cojones. Se acabó eso de la histórica primacía del apellido paterno. A partir de ahora, como te apellides Zubizarreta o Zubiaurren, empieza a despedirte del mismo.
Y si no había bastantes motivos estúpidos de discusión entre las parejas que originaran conflictos insalvables, aquí va uno más. Cómo será la cosa que ha conseguido poner de acuerdo a gente tan dispar como Llamazares, que avisa que la decisión va a traer consecuencias chuscas (sic), a Rajoy, y hasta al Delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, que afirma, no sin razón, que la localización de parientes para pruebas de ADN se complicará.
Pero el auténtico objetivo del Gobierno ya está logrado. Nos ha hecho olvidarnos por un instante de que tenemos un 20% de la población activa en paro, la segunda peor cifra de toda Europa y la segunda peor de todo el llamado primer mundo, para enfrascarnos en estúpidas discusiones de índole alfabético en la cuestión de elección de apellidos de los hijos. Y claro, siempre en estos casos hay quien plantea estúpidas soluciones alternativas, como es la de tirar una moneda al aire, cual árbitro de fútbol antes del comienzo de un partido.
El caso es tenernos entretenidos y despistados. No, si tontos no son....
es muy fuerte, a mi me parece una solemne tontería
ResponderEliminarTú lo has dicho, solemne...
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