jueves, 22 de julio de 2010

Fair play y otras tonterías...


Todo empezó el otro día, cuando a Alberto Contador se le ocurrió el tremendo sacrilegio de atacar en los Pirineos cuando su máximo rival en el Tour, Andy Schleck, cometió el error, el fallo mecánico, la tontería (elíjase lo que proceda) de hacer saltar la cadena de su bici en plena ascensión al Port de Balès. El público le abucheó, la prensa internacional lo crucificó, el eterno debate del fair play regresó a las conversaciones del café de media mañana en los bares...Y todo por no ejercer de buen samaritano, renunciar a su objetivo número uno de la temporada, por esperar a que su máximo rival dejara de pelearse con su bici.

Es inevitable echar la vista atrás. Cuando Zulle se metió semejante hostión en el 99 en un descenso que, a la postre, le costó la victoria final en el Tour, ni Armstrong, la única gloria de la ronda gala que criticó abiertamente a Contador ni nadie se paró a esperar al miope suizo que dejó escapar en esa curva su mayor sueño. El mismo Armstrong que hizo 200 metros de mountain bike en 2003 cuando se fueron al suelo Beloki y sus aspiraciones a ganar el Tour.

Schleck cometió un error, o fue víctima de un fallo mecánico. Qué más da...alguien se imagina a Hamilton parando un Gran Premio porque Alonso ha pinchado una rueda? O a Valentino Rossi abandonando una carrera porque Lorenzo se ha ido al suelo víctima de un fallo en su embrague? O a Iniesta tirando fuera el balón porque al portero de la selección holandesa se le han desatado los cordones de su bota?

Que una cosa es juego limpio, y otra muy distinta ser gilipollas. Hoy mismo a Carlos Sastre se le ha criticado por lanzar un ataque poco después que Samuel Sánchez, tercero en la general, se metiera un tortazo en los primeros kilómetros de la etapa...y no me estraña que se haya rebotado.

Pero, a pesar de todo, y lavando las conciencias de los demás, y la suya propia de paso, ensuciada desde fuera desde muchos frentes, Contador ha regalado la victoria en el Tourmalet a su gran rival en la general, en un intento de reconciliación con el pueblo llano francés que tanto le criticó días atrás.

Una vez me dijo un amigo una frase que no olvidaré.....
De bueno que eres, eres gilipollas.

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