No-me-jodas!!. Supongo que ésta habrá sido una de las frases más repetidas este día al enterarnos que el comité de los Nobel ha optado por conceder el galardón de la paz a Barak Obama. El mundo al revés. 10 meses al frente de la mayor potencia mundial han bastado para hacerse con el premio, justificado "por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos"
Lanzo una pregunta al aire...¿se lo habrían dado en caso de ser blanco? No, no es un comentario racista, ni mucho menos. Vivimos en un mundo en el que la llamada discriminación positiva está a la orden del día, y dudo mucho que si su color de piel hubiese sido más pálida hubiera merecido tal honor. Y es que, vamos a ver...Obama es el presidente de uno de los únicos 25 países del mundo que todavía mantiene la pena de muerte, compartiendo galones con estados tan evolucionados como Botswana, Bangladesh o Uganda, y todavía no se le ha visto mover un dedo por que esta situación cambie. Por otro lado, es el presidente de un país que cuenta con la Asociación Nacional del Rifle, con más de 4 millones de personas afiliadas, que apoyan eh hecho de que la gente pueda ir armada por la calle y usar sus armas en legítima defensa. Estas dos razones bastarían para descartar al presidente nortemericano de cualquier galardón relacionado con la paz, mucho más de uno del prestigio de los Nobel.
Y nos quejábamos de los "Príncipe de Asturias"....
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