La OMS, la Organización Mundial de la Salud, anunció hace unos meses el nivel de alerta máximo a causa de la supuesta pandemia de la denominada "gripe A", "NH1N1" o "gripe porcina". Pandemia. Acojona con solo pronunciar la palabreja. A partir de ese momento, los fabricantes de mascarillas se frotaron las manos, sabiendo que iban a hacer el negocio del siglo, además de los fabricantes de "cleenex", de procuctos desinfectantes, y, como no, las farmaceúticas que fabrican el famoso "Tamiflu", paradigma de los medicamentos que, si hacemos caso a las cifras, evitó millones de muertos en Estados Unidos por la anterior estupidez impuesta por la OMS, la gripe aviar. Y como el común de los mortales somos tontos, vamos y nos lo creemos. Y se organiza una campaña mediática en la cual nos relatan día a día las víctimas de la puñetera gripe, casos tan acojonantes como la de la señora de 89 años con 17 enfermedades graves en su historial, o como el joven de obesidad mórbida con una diabetes de caballo e infección pulmonar grave que acaban cayendo "gracias" a la gripe A. Impresionante. Me viene a la cabeza ese dicho de "entre todos lo mataron y él solito se murió"...pues lo mismo.
Pero claro, el nivel de paranoia de la población mundial, y en especial la española, es altísimo, y enseguida tomamos medidas tan estúpidas como el obligar a los niños de 6 años en el cole a no compartir casi ni el saludo con los compañeros, no vaya a ser que uno contagie al resto y acaben todos pajarito. Vas por la calle y te entran ganas de toser y la gente se te vuelve y te mira mal, y que no te pase en un autobús público, que lo paran y te echan a patadas.
La gripe corriente y moliente, esa que nos visita cada otoño-invierno, se cepilla del orden de los 3.000 españolitos anuales, y hasta ahora a nadie le ha dado por salir a la calle con mascarilla ni a obligar a sus hijos con ir con un botellín de agua sellado e intransferible que no pueden compartir con nadie. Pero claro, hay millones de dosis de vacunas preparadas para aquella gripe del pollo que mató a cuatro gatos a las que hay que dar salida, y qué mejor que inventarnos una variante para gloria de Donald Rumsfeld, ese tipo con cara de no haber roto nunca un plato, que era uno de los jerifaltes de la farmaceútica que fabricaba el puñetero Tamiflu hasta que el ínclito George W. Bush lo nombró Secretario de Defensa.
Al Gobierno Español todo esto le viene de maravilla. No hay forma mejor de tapar un marrón que con otro mas gordo y mediático. Ya no hay crisis, viva la gripe A. Nos quieren pobres, pero no enfermos ni muertos.
Por cierto....que hace días que no se muere nadie...estará haciendo efecto el fármaco? ¿O igual es que nos estaban engañando? ¿O ya no interesa contar los muertos?. No quiero hablar más, que hago muy mala leche. Mejor será que veáis el siguente vídeo, que se explica mucho mejor que yo. Ah! Y no hace falta ponerse la mascarilla para verlo.
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