Foto:eurobasket2013.org |
Era inevitable. En cuanto un equipo nos tocara las cosquillas en defensa, con o sin la permisividad del trío arbitral, nos las íbamos a ver putas para ganar. Y así ha ocurrido a las primeras de cambio, enfrentándonos no a la selección de Eslovenia, sino a un equipo de Božidar Maljković, un experto en sacar de sus casillas al más pintado, un amarrategui convencido, que a lo largo de su extensa carrera cuenta por docenas sus triunfos basados en la mediocridad ofensiva pero también en una defensa numantina.
Hoy, lamentablemente, hemos echado de menos las ausencias. Y es que, nos guste o no, tenemos un único pívot, un único 5 nato, que, por muy bueno que sea, carece del don de la ubicuidad. Marc Gasol se ha mostrado imprescindible para esta selección, sin un sustituto de garantías, toda vez que el bueno de Xavi Rey está pagando la novatada del debut en una gran competición. Y no quiero parecer catastrofista, pero viendo la frecuencia de palos que se lleva el bueno de Marc, no las tengo todas conmigo para que acabe la competición sin muletas. De cada 7 hostias que le dan, pitan una, y ese baremo es totalmente contraproducente en todos los sentidos.
Parece, por otro lado, norma de la casa el empezar totalmente empanados cada cuarto. Raro es el periodo en el cual no tardemos 3 minutos en anotar. Y, con marcadores tan bajos, eso es un valor añadido para el rival. Si a eso sumamos el lamentable porcentaje de tiros libres (hoy, un tristísimo 61%) y la carencia en sistemas ofensivos en situacones complicadas, el resultado no es otro que una gran preocupación. Marc Gasol es una estrella NBA, es uno de los mejores center del mundo en este momento, pero no puede caer toda la responsabilidad sobre él. Cabe la posibilidad, como hoy ha ocurrido, de tener enfrente a jugadores dispuestos, literalmente, a dejarse los piños en el parquet, y si no se encuentran alternativas, el pronóstico no es demasiado alagüeño.
Nos queda cruzar los dedos y encomendarnos a un rutilante Jose Calderón, autor hoy de cuatro triples, casi todos inverosímiles, o al carácter y la fogosidad del bueno de Ricky Rubio, hoy totalmente desaparecido, o al trastorno de identidad disociativo de Rudy, ayer Dr. Jekyll, hoy Mr. Hyde. O a la intermintencia del Chacho Rodríguez, tan imprevisible como el Guadiana....porque del resto, poco o nada podemos esperar. Y que me perdonen los fans de Llull, Claver, San Emeterio y compañía, pero mi confianza en ellos dista mucho de lo deseable en este tipo de competiciones.
A por ellos, oeee.....
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