lunes, 18 de julio de 2011

La estupidez de este país no tiene límites

Supongo que llegará un día en que dejen de sorprenderme estas cosas, pero hoy por hoy sigo quedándome perplejo ante las estúpidas consecuencias de una estúpida ley.

Resulta que un jurado, convocado días antes mediante publicación en el BOE, se hallaba reunido para fallar el Premio Nacional de Cinematografía en el mismísimo Ministerio de Cultura, cuando de repente, el director general del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales, Carlos Cuadros (en la foto) advirtió que si seguían adelante infringirían la ley, ya que, pásmense, de los 11 miembros del jutado, sólo 3 eran miembras.

Tuve que frotarme los ojos esta mañana al leer la noticia, y mirar a ver si en vez de El País el que daba la noticia no era El Mundo Today. Pero no, la estupidez iba en serio. Según la Ley de Igualdad de 2007, la composición de un jurado debe complir con los requisitos legales de paridad entre hombres y mujeres, es decir, que haya al menos un 40% de uno de los sexos (que no géneros, Aído!), y, en este caso, sólo el 27,2% eran mujeres. Desde el 12 de julio que se publicó la convocatoria, nadie había advertido la chorrada.

Y es que, como dice el dicho, Spain is stupid diferent. Aquí anteponemos el hecho de tener pene o vagina a las capacidades y valías de los personos y las personas. Da igual que haya 8 mujeres superpreparadas y 8 hombres mangarranes para un jurado de 8 personas. Tres de estos pasarán por encima de aquellas por el simple hecho de tener algo colgando entre sus piernas. Y nos cuentan el cuento que es una ley que va en contra de la discriminación, siendo discriminatoria en sí misma, ya que antepone el capricho de la naturaleza a la hora de una madre al dar a luz que los méritos personales de cada uno.

Y los once tipos del jurado, con el rabo entre las piernas (8 de ellos al menos), han tenido que levantarse de la mesa y largarse por donde habían venido, no sin antes, por supuesto, habiendo cobrado sus suculentas dietas que pagamos tú y yo. Así que dentro de unos días, otras once personas, ya con los genitales debidamente equilibrados, volverán a reunirse, volverán a cobrar desplazamiento y dietas, para otorgar un premio que, al menos, ha conseguido una cosa: que aparezca en los medios de comunicación.

No tenemos remedio....

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