jueves, 14 de abril de 2011

La tontuna lingüística

Me ha llegado hoy por e-mail esta carta escrita por una profesora de un instituto público, que explica, de forma clara y sencilla, el uso correcto del castellano en su vertiente más polémica desde que se creó un Ministerio de Igualdad y le dio a todo el mundo por confundir churras con merinas. Merece la pena su lectura, toda una lección magistral que deberían leer todos aquellos politiquillos políticamente correctos para que asumieran su ineptitud.


*CONTRA LA TONTUNA LINGÜÍSTICA, UN POCO DE GRAMÁTICA BIEN EXPLICADA*

Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 50 años y he tenido la suerte de
estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la
formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la
propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es
"educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que
todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de
"iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco más
mayor, llegaba "El Parvulito", un librito con poco más de 100 páginas y un
montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de
dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que
colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.

En Primaria estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos
"tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica
(dibujo y trabajos manuales), Religión y Educación Física. En 6º de
Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en
vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.

En Bachiller, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su
Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a
Espronceda...

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a
amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Y... vamos con la Gramática.

En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos
verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir
es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente".
¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene entidad",
en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona
que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a
este la terminación "-nte".

Así, al que preside, se le llama "presidente" y *nunca "presidenta"*,
independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la
acción.

De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice
"estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta";
"paciente", no "pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no
"residenta".

Y ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y
mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"),
¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la
Gramática de la Lengua Española ? Creo que por las dos razones. Es más, creo
que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma
aplicación automática de esos patrones ideológicos los hace más ignorantes
(a ellos y a sus seguidores).

No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo eliminarlas) pero,
por una vez, os propongo que paséis el mensaje a vuestros amigos y
conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes
semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras
ministeriales).

Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado
en defensa del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los
firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el
pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el
turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el
periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el
trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto,
el policío del esquino y, sobre todo, ¡el machisto!

1 comentario:

  1. Buenos días
    me da muchísima pena que esta carta escrita supuestamente por una profesora de instituto esté inundando correos y blogs y que muy pocos la rebatan
    Me remito primero al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua donde dice:
    http://buscon.rae.es/draeI/
    (1. f. Mujer que preside.

    2. f. presidente (‖ cabeza de un gobierno, consejo, tribunal, junta, sociedad, etc.).

    3. f. presidente (‖ jefa del Estado).

    4. f. coloq. Mujer del presidente.

    Y añado:
    -Género. Concordancia
    -tipo e/a El grupo más numeroso está formado por participios de presente en -ante, -iente cuando se habilitan como sustantivos. ael acceso a la mujer a cargos y ocupaciones que antes sólo desempeñaba el hombre justifica formaciones de estos participios en -a que antes no eran necesarios
    president-e, president-a

    Me temo que la profesora que escribe el artículo no ha repasado gramática en los últimos tiempos, pues el párrafo que acabo de transcribir es de un libro de Lengua Española de 1984 (bajo la dirección del catedrático Antonio Quilis Morales), buscado adrede para demostrar que al menos desde entonces está admitido "presidenta"
    Igualmente incurre en error la profesora cuando habla de "dentisto, poeto, sindicalisto, pediatro, etc.
    Cito de nuevo a Quilis Morales
    -Oposición morfemática mediante el artúculo
    Algunos nombres de profesiones que desempeñan hombres y mujeres indistintamente y que terminan en -a y en -ista dejan invariablemente la palabra y marcan el masculino y el femenino mediante el artículo. la concordancia en el sintagma nominal y en la oración obliga, como el artículo, a todos los demás morfemas
    -el coleccionista, la coleccionista
    -el oculista, la oculista
    (un buen oculista, una buena oculista)

    Yo tengo 53 años, y también me enseñaron a hablar y escribir con corrección

    Gracias
    Amparo Lanchares Merino

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