
Hace un par de horas he recibido la penúltima de Jazztel. Y, media hora más tarde, la de Vodafone. Y da igual que te cagues en sus muelas y que jures que les persegurás hasta la extenuación para que paren con ese acoso telefónico. Se la suda. Al fin y al cabo, ahora mismo la mayoría de compañías telefónicas operan desde Sudamérica y les da igual que sueltes cuatro juramentos por teléfono: al día siguiente te llamará otro operador.
Opciones: como ya comentaba en este mismo blog, puedes tirar por el punto sarcástico, pero creo que no es muy efectivo. ¿Lo mejor? Mandarlos a la mierda, pero gritando. Al menos ese teleoperador fijo que no te vuelve a llamar...
No consigues nada de nada con ninguna de las opciones. A mi solo me llaman los hijos de...de telefónica. Para ratos me voy con ellos. Peseteros. Besos. (Vane)
ResponderEliminar