Cada año por estas fechas, hordas laicistas sueltan espumarajos por la boca relativos a la aconfesionalidad de este país. Los mismos que en su día pusieron el grito en el cielo por la presencia de símbolos religiosos en los colegios, que se escandalizaron por el hecho de que dichos colegios organizaran funciones de Navidad en las que osaban disfrazar a una de sus hijas de Virgen María para representar el nacimiento de Jesús, aquellos que se llevaban las manos a la cabeza porque tal o cual director de instituto decidiera adornar sus instalaciones con un belén, ahora revientan las redes sociales porque, el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, ha decidido que su primer tweet en la nueva cuenta del organismo, @congreso_es, sea una felicitación de Navidad, en la cuál ha cometido el delito de añadir una imagen que representa una escena religiosa.
Pero...¿qué esperábais, almas cándidas? La Navidad, os guste o no, es una celebración religiosa. Y no me vengáis con que si los romanos celebraban el Sol invictus y que los listillos de los cristianos de aquellos tiempos aprovecharon las fechas y le dieron un giro católico al culto del sol. El hecho es que hace ya un rato que dejamos de estar bajo el yugo de Roma, y lo que se celebra desde el siglo IV es el nacimiento de Jesús, aunque eso pasara en marzo (las quejas, al emperador Constantino).
Claro está que todos los que se quejan no dudan en aceptar regalos de un gordo barbudo embutido en un traje patrocinado por Coca Cola el día 25 de diciembre, y fijo que llevan a sus hijos el 5 de enero a la cabalgata de los Reyes Magos, y no hacen ascos a la hora de ir a comer a casa de madre un buen cordero, ni se quejan de que en el trabajo les den fiesta esos días. No somos cristianos, pero tampoco gilipollas. Me resulta curioso que el hecho de que un organismo del estado decida felicitar unas fiestas con un símbolo de las mismas lo conviertan en apología del cristianismo.
Sabiendo que en este país todavía hay mucha gente que relacciona su bandera con el franquismo, como si hubiera sido el propio dictador el que la diseñó personalmente, no sé de qué me extraño. Cuando pasan este tipo de cosas te das cuenta de la mierda de sistemas educativos que hemos venido sufriendo en los últimos 25 años.
Totalmente de acuerdo, a ver cuando se dejan de tonterías y empiezan a ganarse de verdad el sueldo que cobran
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