No tengo a mano datos que lo corroboren, pero España siempre empieza así los campeonatos: cinco minutos de caraja total, para luego, poco a poco, ir asentándose sobre la pista. Y en Londres no iba a ser la excepción. El rival, el de casi todas los Juegos Olímpicos, China, que ha mostrado al mundo sus dos caras, el talento de sus jugadores altos y la carencia de un estilo propio. Jugando a ráfagas, ha llegado a poner en pequeños aprietos a la selección española en el primer cuarto, aunque poco a poco han ido cayendo de maduros, y entre la acumulación de faltas personales y el despertar de nuestros jugadores clave, las aguas han vuelto al cauce deseado.
Es pronto para hacer una valoración exhaustiva del juego de los españoles. Debutar en un torneo como los Juegos Olímpicos nunca es fácil, pero la prueba se ha pasado con notable. Han tenido que ser los de siempre, Pau Gasol y Jose Calderón, los que comenzaran a marcar el territorio. El primero, fiel a su estilo: parece que no está, pero acaba siempre con un 20-10, mientras que el segundo ha repartido juego y se ha mostrado exquisito desde la línea de 3 puntos, anotando tres triples que han dado las primeras diferencias en el marcador. Mención especial a un Marc Gasol ya recuperado, que si bien ha estado timorato en un primer momento, poco a poco ha ido metiéndose en el partido, demostrando que va a ser una de las piezas fundamentales de esta nuestra selección.
Una gran noticia ha sido también la reaparición de Juan Carlos Navarro, que, a un 30% de lo que nos tiene acostumbrado, ha acabado el partido con 14 puntos en 18 minutos de juego. Y, como no, la aportación de Serge Ibaka, nuestro congoleño adoptado, todo un seguro de vida debajo de los tableros, y demostrando además que tiene un tirito de media distancia ciertamente destacable. Sin olvidar la reaparición de Sergio Rodríguez, que si está a un buen nivel físico después de sus problemas, puede ser la revelación de este campeonato.
No he acabado de entender varias decisiones de Scariolo. Calderón, tras un primer cuarto para enmarcar, prácticamente ha desaparecido del parqué, jugando en su lugar un Victor Sada que dista mucho del jugador que ha sorprendido esta temporada con el FC Barcelona. Tampoco he entendido la escasa aparición en pista de Felipe Reyes, tras la gran pretemporada que se ha cascado, o el empeño de mantener en pista a un Rudy Fernández a años luz de su mejor versión. Preocupante, además, la falta de fluidez de la llamada segunda línea, con jugadores que son estrellas en sus equipos, como Sergio Llull y San Emeterio, pero que cuando se enfundan la casaca roja (blanca, en este caso) pasan más que desapercibidos.
Un dato tan curioso como preocupante es que España ha fallado el mismo número de tiros libres que de triples: 8. Un 64% desde la línea de personal no es de recibo para un equipo que aspira a medalla. Afortunadamente, no lo hemos echado de menos al final. En resumen, debut esperado de la selección española, y a esperar que se vaya cogiendo poco a poco el ritmo de una competición tan exigente como ésta. Por cierto, en Portland se siguen preguntando quién coño es ese Víctor Claver que han fichado.....
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