La TDT, eso que nos vendían como la revolución del mundo televisivo, con una oferta variada y para todos, se vio reducidaa un montón de canales basura, repletos de teletiendas, contenedores de programas repetidos y televisiones al servicio de la derecha más casposa. Uno de los pocos oasis entre tanta paja era CNN+, un canal de noticias 24 horas, con una clara ideología de izquierdas pero a años luz del extremismo aberrante de Intereconomía TV, con grandes nombres del periodismo actual y magníficos comunicadores en plantilla como Antonio San José, José María Calleja o el mismo Iñaki Gabilondo, cada uno de ellos con su programa propio, o excelentes presentadores de informativos como Leticia Iglesias, Esther Cervera, Concha Boo, José Ramón Pindado o David Tejera.
Ha sido también el trampolín de otros periodistas a cadenas de primera división, como es el caso de Marta Fernández, que actualmente presenta el informativo de mediodía de Telecinco, Sandra Golpe, del informativo matinal de Antena 3 o Nira Juanco, en la plantilla del calvo Lobato en las retransmisiones de Fórmula 1 en la Sexta.
Pero la audiencia manda, y una media del 0,5% de share no auguraba nada bueno. El hecho de que ofreciara un buen servicio y una calidad fuera de toda duda no vale, y menos a su nuevo amo, dispuesto a inundar la ya maloliente oferta televisiva con más grandes hermanos y más dosis de Belén Esteban. Curioso lo de Telecinco, que empezó como un canal de tetas y mamachichos, con la madurez dio un giro hacia la oferta de calidad, y que ahora mismo inunda su programación con basura de la peor especie.
Fue triste ver a Gabilondo despedirse en antena (podéis ver el vídeo más abajo) o ver a Esther Cervera, la presentadora del fin de semana, con los ojos vidriosos y la voz entrecortada en el que sabía iba a ser su último día de trabajo. A partir de ahora, todes ellos serán sustituidos por un grupo de incultos sin complejos, borregos televisivos al servicio de la audiencia, esa a la que se le supone sabia, pero que no deja de engullir mierda hasta que un día reviente. Supongo que es la televisión que nos merecemos. Afortunadamente, basta con pulsar el botón "off" del mando a distancia para no contaminarnos. Es el único consuelo que nos queda.