jueves, 16 de febrero de 2012

La sede de la final

   Reconozcámoslo: estas cosas sólo pasan en España. En cualquier otro páis, civilizado o no, ser la sede de la Final de la Copa del Rey de fútbol sería un orgullo para cualquier ciudad, y más aún para el club que cede el estadio. Saber que tal acontecimiento va a tener una repercusión mediática mundial, que va a generar en tu ciudad unos ingresos atípicos de más de 12 millones de euros serían un aliciente difícilmente rechazable. Pero ya lo dijo el poeta: Spain is different.

   Y luego nos acusan de dejarlo todo para última hora, y con razón. Si tomamos como ejemplo otros países, el país este que tenemos encima y que no para de tocarnos las pelotas con su acento empalagoso organiza su final de copa siempre en su mejor estadio, el Stade De France, desde 1998, y previamente en el Parque de los Príncipes desde 1972. La copa inglesa, salvo excepciones puntuales, se celebra en Wembley desde 1922. En Estados Unidos, la sede del All-Star Game se conoce con dos años de antelación....

   Pero aquí pasamos de todo eso. Aquí esperamos a ver qué equipos llegan a la final, y si resultan que los dos son de territorios tradicionalmente nacionalistas, de esos que pitan cuando suena el himno, y para colmo uno de ellos es el Barça, el Real Madrid, con el mejor estadio neutral de los posibles de todo el país, alega no se qué obras en el mismo para no ceder su terreno de juego. Y ojo, están en su derecho, pero por la gracia de la Federación Española de no fijar la sede de un torneo de la importancia de la Copa del Rey antes del comienzo de la misma, para lo que pasa. Y lo peor es que se ha creado un sentimiento anticopero en la afición y en la Central Lechera que raya el absurdo. Seguro que si les ofrecen a última hora la final de la Champions con su equipo con opciones de jugarla, las obras se dejarían para otro momento.

   Y lo peor del caso es que, o cambia la forma de actuar de la federación en los próximos años, asignando la sede antes del comienzo de la misma, o este odio generado en Madrid puede tener repercusiones, y es que si el equipo merengue es capaz de llegar en alguna ocasión a disputarla, habrá clubes que les recuerden su actitud en 2012 y se tengan que ir a jugar el partido a otro país. Pero vaya, que así como el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra, España es el único país que no aprende de sus errores. Y así nos va...

jueves, 9 de febrero de 2012

La inquina del gabacho

No es cuestión de rasgarse las vestiduras. Contador dio positivo en el Tour de Francia por unos picogramos de clembuterol que no hubieran favorecido muscularmente ni a un gorrión. Pero la ley es clara, si te encuentran sustancias prohibidas en un análisis eres sospechoso de dopaje, y si no puedes demostrar fehacientemente su procedencia, serás castigado. Otra cosa es que los tribunales que se encargan de estos casos sancionen al corredor con el mismo castigo que si te hubieses metido una sobredosis de farlopa, ya que estás poniendo el listón muy bajo. Tanto, que la mínima y la máxima sanción a partir de ahora será la misma: dos años de inhabilitación, si sienta jurisprudencia.

 Pero lo que no es de recibo, lo que no se puede consentir, es que los franceses tomen la parte por el todo. Si un deportista español es sancionado por doping, todos los españoles somos unos drogatas. Silogismo estúpido donde los haya. Y eso es lo que ha hecho Canal + France con sus guiñoles, meternos a todos en el mismo saco. Ya tenemos un nuevo tópico a añadir a la larga colección: toreros, flamencos, y ahora también drogadictos. No teníamos bastante con las estúpidas insinuaciones del frustrado Yannick Noah.

En la primera entrega de las dos estupideces con las que hasta ahora nos ha deleitado C+ France, se muestran los logos de una decena de federaciones españolas deportivas, y hasta ahora sólo la de tenis ha reaccionado. No se puede consentir que un medio de comunicación insulte a todo un país, y a la inteligencia de sus espectadores. Me pregunto qué hubiera pasado si Contador fuese negro, y en la parodia insinuaran que todos los negros se drogan. Ahora mismo habrían cientos de asociaciones, partidos políticos, etc. llamando a la guerra santa contra el gabacho cabrón. Pero no, en este país somos de mostrar la otra mejilla. Y ya se escuchan voces en Twitter hablando de lo exagerados que somos, que solo era para echar unas risas, que qué poco sentido del humor tenemos...todo ello dicho por españolitos de a pie. Triste, muy triste.

Pero en el fondo también entiendo a los franceses. Cuando no te comes un colín en décadas, es normal que, si ves a tu vecino de abajo, mucho más pobre que tú, comérselo todo, te surja esa vena latina envidiosa que te ciega la vista a la realidad, y que hace que te creas tus propias tonterías. Y todo ello en una época como la que estamos viviendo en la cual los deportistas están sometidos en muchos casos a una persecución por parte de los organismos antidopaje, realizando análisis por sorpresa a horas intempestivas aunque estés de vacaciones.

Y es que supongo que tiene que ser muy duro organizar un Tour de Francia y que el último francés que lo ganó lo hiciera en 1985, organizar un Roland Garros y que no toques la Copa de los Mosqueteros desde 1983, tener una de las escuderías históricas más laureadas de la Fórmula 1 y no ganar un mundial de pilotos desde 1993.....y mientras tanto ver como tus vecinos, esos bajitos y morenos que dicen olé, comen paella y beben sangría, viven dos décadas de triunfos en todos los frentes.

Qué mala es la envidia...